DESEOS FOSILIZADOS

"Tuvimos que elegir entre lo repudiable y la demencia, 

si es que tuvimos alguna vez la facultad de decidir.
En cualquier caso tarde o temprano recibimos vacunas
para aguantar las ganas de cuestionarnos todo.

Toda visión acerca de un mundo en
el que no existieran los protocolos que nos maltrataban  
fue vista bajo un radical escepticismo.

La incertidumbre de no saber hacia dónde ir 
y la amenaza de abrazar lo desconocido
nos obligó a seguir el camino establecido
Nos limitamos entonces a creer en el destino.

Vimos la luna eclipsada por el hacinamiento.
Nos vimos en conversaciones fútiles con la muerte.
Nos vimos ocultando por vergüenza un deseo colectivo,
porque por instinto es preferible ocuparse de lo innecesario
si eso puede dar una mínima ilusión de unión.

Nos alimentamos de imágenes abstractas en un mal sentido.
Nos quedamos observando falsos atardeceres
habiendo rechazado antes una caricia templada.

Preferimos pagar por horas muertas.
Preferimos automatizar nuestros sentidos.
Preferimos entregar sonrisas falsas.
Preferimos amontonarnos y ser víctimas del ruido.

Y vimos rostros derrotados en el espejo.
Y perdimos los recuerdos de cada mañana.
Y fuimos testigos sin estar realmente presentes. 
Y a pesar de todo nadie pudo detenerse.

Vimos, sin poder contener el llanto,
cómo el tiempo grababa torpemente y
de manera sistemática en el cemento  
los nombres de quienes nunca fuimos,
y nos vimos en reflejos de escaparates
vistiendo cuerpos desnutridos.

Cuando caímos en la cuenta,
la única opción viable fue seguir 
con nuestra tortura.

El dolor de la abstinencia consumió 
todo indicio de arrepentimiento.
Como testigo de ello, varios metros bajo tierra, 
en lugares que escapan a nuestra memoria, 
se hallan fosilizados nuestros deseos...
...si es que alguna vez existieron."

Emilio Nublade

Comentarios

Entradas populares